miércoles, 17 de abril de 2013

Historia del tinte con amoniaco

En 1907, Eugène Schueller, fundador de L'Oréal, revolucionó el mundo de la peluquería al crear la primera tintura comercial para el cabello. Su descubrimiento se basó en la p-fenilenediamina. A partir de entonces, la mayoría de las tinturas químicas contienen el mismo compuesto de Schueller, así como amoniaco o peróxido como agentes que colorean la cutícula del cabello.
  
 La mayoría de las tinturas del mercado son las llamadas tinturas permanentes, que son las que obtienen resultados más duraderos, ya que la tintura penetra hasta las raíces del cabello. Aunque el color se destiña y crezcan nuevas raíces, la tintura permanente permanece hasta que se corte el cabello. Existen dos tipos de tinturas permanentes, las de oxidación y las de coloración progresiva, y trabajan a base de reacciones químicas que abren la cutícula para después penetrar a las moléculas de pigmentación del cabello.

La mayoría de estas tinturas permanentes funcionan con un componente de dióxido de hidrógeno al 6% en agua y una solución de amoniaco, que trabajan para disolver y remover los pigmentos naturales para después agregar colores. Una vez mezclada la tintura, la solución de amoniaco se aplica al cabello, que hincha la cutícula y remueve los pigmentos naturales para colorear las células. El proceso de hinchazón sirve para anclar los pigmentos de color de forma permanente en el cabello. La capacidad de hinchazón del cabello es mucho mejor con amoniaco que con las alternativas que últimamente se están presentando en el mercado.
Los tintes con amoniaco poseen propiedades excelentes para dar brillantez, cubrimiento eficaz para las zonas grises y gran durabilidad del color.

 Inconvenientes

El amoniaco es tóxico y, en concentraciones elevadas, produce irritación de garganta, inflamación pulmonar y daños en las vías respiratorias y en los ojos. En concentraciones elevadas es peligroso.




 

Efectos nocivos

Aparte de lo mencionado anteriormente, el amoniaco gaseoso puede producir irritación, quemaduras y ampollas en la piel, pero en concentraciones atmosféricas superiores a 300 ppm, cosa que no encontraremos haciendo uso de los productos elaborados para el tinte. Otra cosa es que manipulemos nosotros mismos el amoniaco para fabricar tintes caseros… Debemos pensar que, además de que nuestro cuerpo fabrica amoniaco, si lo consumimos a través de alimentos o en el agua, se transforma rápidamente en otras sustancias no perjudiciales o lo eliminaremos en la orina en unos días.
Es poco probable que una cantidad significativa de amoniaco en tinte pueda ser consumida accidentalmente sin producir un vómito de forma refleja. La ingestión accidental de colorantes para el cabello no ha sido, en general, causa de significativos problemas para la salud. Eso sí, en el caso de embarazo, es conveniente no usar tintes con amoniaco, ya que puede llegar al feto a través de la sangre. El amoniaco es una sustancia altamente perjudicial para el desarrollo del feto.

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